Influencia de la liberación sexual en la familia Cristiana

Raúl Alvarez Torrico

Resumen

En este artículo discutiremos acerca de la influencia nociva que el movimiento de la liberación sexual ejerce sobre la familia en general, y la familia Cristiana en particular. Empezaremos hablando acerca de cómo es que la cultura secular y la liberación sexual influye negativamente en la familia Cristiana. Hablaremos de los inicios de ese movimiento, su significación y los medios a través de los cuales se propaga. Hablaremos también acerca de su propósito en el plano de la guerra espiritual en contra de la iglesia y cual el daño causado en el creyente, en la iglesia y en la familia.

Influencia de la cultura secular en la familia Cristiana

La cultura secular ejerce sin duda una influencia adversa en el creyente y en la familia Cristiana. Influencia que se transmite a veces de manera abierta y a veces de manera encubierta, de tal modo que pasa generalmente desapercibida para la iglesia.

¿Cómo es que esta influencia se transmite?

Principalmente por medio de ideologías y movimientos filosóficos/políticos/sociales, los cuales atacan abiertamente al modelo de la familia dado por Dios. Algunas de estas ideologías y movimientos son los siguientes:

La liberación sexual, el feminismo moderno, la ideología de género, el cambio climático, el anti-especismo, etc.

¿Que tiene que ver el cambio climático? Tal vez Ud. se pregunte. No cabe la menor duda que este movimiento —junto con el anti-especismo— son un ataque flagrante en contra de la creación más maravillosa de Dios en este mundo: el hombre. Por consiguiente son también un peligro para la integridad de la familia y la supervivencia de la raza humana. Pero este es un tema para ser analizado en otra ocasión.

Al hacer un análisis cuidadoso de sus propósitos y estrategias no es difícil darse cuenta que estos movimientos promueven ideas que van totalmente en contra de la Palabra de Dios y atentan contra la familia. Son movimientos que nacen de la imaginación corrompida del ser humano caído, pero tienen su origen fundamental en las intenciones perversas de Satanás, el enemigo de Dios y del hombre. Quien es así mismo enemigo de todo lo bueno, puro y noble que Dios ha puesto en este mundo y es sin lugar a dudas el enemigo de la creación de Dios.

Consideremos la siguiente advertencia del Señor Jesús a todos aquellos que se prestan a seguir el ejemplo de Satanás en total rebeldía y franco desafío a Dios:

"Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira." Juan 8:44

Algunos seguramente lo hacen en su ignorancia, pues ellos mismos han sido engañados por Satanás:

"en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." 2 Corintios 4:4

Los creyentes debemos estar alertas, no sea que nosotros también seamos engañados de forma sutil:

"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;" 1 Pedro 5:8

El movimiento de la liberación sexual

Este movimiento llamado también "revolución sexual", se inició en la década del '60 y del '70 en los países desarrollados del mundo occidental. Fue un movimiento social iniciado con el propósito de desafiar los códigos de conducta tradicionales, relacionados con la sexualidad y las relaciones interpersonales. Tenía como fin desafiar las normas morales y éticas predominantemente aceptadas por la sociedad de aquel entonces, referente a la conducta sexual de las personas. Concretamente, este movimiento hizo principalmente una cosa:

Promovió una mayor aceptación del sexo fuera del matrimonio tradicional.

Este movimiento impulsó una destructiva campaña y ataque en contra de las relaciones monógamas heterosexuales dentro del matrimonio tradicional. Esto último es parte del plan de Dios para el ser humano y es la única forma permitida por Dios para la práctica de las relaciones sexuales.

Así mismo, la liberación sexual promovió también una mayor aceptación de la desnudez pública, la pornografía, el sexo prematrimonial, la homosexualidad, la masturbación, y otras llamadas "formas alternativas" de sexualidad, que no son sino más desviaciones y perversiones del plan original de Dios para la práctica de la sexualidad. Promovió también la normalización de la anticoncepción, particularmente el uso de la píldora anticonceptiva. Además de la legalización del aborto.

¿Cómo se inició este movimiento?

Este movimiento se inició y fue tomando fuerza gracias a la aceptación gradual por parte de la sociedad, de conducta sexual inmoral que antes era inaceptable según normas morales y éticas. Disfrazada bajo el eufemismo de "conducta sexual no tradicional" por parte de sus promotores, este movimiento fue creciendo también gracias a la influencia de la literatura, las películas y otros movimientos sociales similares, como el del feminismo y el movimiento de los derechos "gay". En su difusión tuvo también un impacto profundo la divulgación de la famosa teoría de la "represión sexual" —originada por Sigmund Freud y propagada por otros adherentes. Según los proponentes de esta teoría, reprimir cualquier impulso sexual es sumamente perjudicial para el ser humano. Lo cual no es sino un descarado engaño de Satanás. Porque dar rienda suelta a los impulsos sexuales pecaminosos —así como con cualquier otro pecado— es persistir en una actitud de rebeldía contra Dios y condenarse al castigo eterno.

"9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios." 1 Corintios 6:9–10

Reprimir los impulsos pecaminosos —incluyendo los pecados sexuales— no solamente es posible, sino que es imperativo para el ser humano. Si bien, hacerlo humanamente es muy difícil y parece imposible para cualquiera, sin embargo con la gracia y el poder regenerador de Dios no lo es. Pues la Palabra junto con el obrar del Espíritu Santo en la vida del creyente nacido de nuevo capacita a éste para vencer al pecado.

"12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios." Romanos 8:12–14

Otra cosa que ayudó a la liberación sexual fue el impulso de la contracultura. Ésta propugnaba que el ser humano debería liberarse sexualmente de los confinamientos morales y legales de la sociedad. Que lo erótico debería celebrarse como algo normal, no ser reprimido por la familia, las instituciones, la religión y el estado.

Contracultura
Forma de vida y conjunto de actitudes opuestas o que varían de la norma social prevalente.

No todo sexo es malo. La Palabra de Dios enseña claramente que el sexo dentro de los planes de Dios no es pecado. Más bien por el contrario, es parte de la bendición de Dios para el ser humano. Pero Dios ha creado el sexo para el ser humano con propósitos específicos. Lo ha creado para la procreación y para el disfrute de la pareja heterosexual dentro del pacto matrimonial. Sin duda alguna el sexo es parte del diseño de Dios para el hombre. Pero por ese mismo motivo, solo Él puede determinar los parámetros adecuados para la conducta sexual del ser humano, los cuales han sido claramente delineados en su Palabra. Son parámetros que nadie puede cambiar sin ponerse a sí mismo en situación de rebeldía y de condenación por parte de Dios. Pero esto es precisamente lo que han hecho todos aquellos que fueron y son parte del movimiento de liberación sexual: Ponerse no solamente ellos, sino también a todos aquellos que los escuchan y los siguen, en estado de rebeldía y condenación por parte de Dios.

El sexo y la familia, tal cual Dios los ha instituido son sagrados. La intención del diablo es profanar todo lo sagrado. El sexo fuera del matrimonio es pecado de fornicación. También lo es la pornografía, el homosexualismo y otras perversiones sexuales como la pedofilia y el bestialismo. Todo lo anterior es considerado pecado de fornicación o inmoralidad sexual. Y todo pecado de inmoralidad sexual es sancionado por la Palabra de Dios.

Sin duda alguna, la liberación sexual tiene un propósito siniestro que escapa del entendimiento natural de las personas. Pero no escapa del juicio Divino y tampoco debería escapar del discernimiento que iglesia debe tener:

La liberación sexual es el plan de Satanás que busca la hiper-sexualización del ser humano.

¿Qué es la hiper-sexualización?

La hiper-sexualización del ser humano es despertar en él un exagerado interés en el sexo, llegando incluso a la obsesión. Esto a fin de que el ser humano piense todo el tiempo en el sexo y sienta una compulsión irresistible por él. Este rasgo es sin duda muy característico de la sociedad moderna en que vivimos, lo cual no es de extrañar debido al efecto de la liberación sexual, como veremos más adelante.

Más aún, el propósito de la hiper-sexualización del ser humano es también despertar en él un interés en conductas sexuales aberrantes, como por ejemplo: el homosexualismo, la pornografía, la masturbación, la pedofilia (relaciones sexuales con niños y bebés), el bestialismo (relaciones sexuales con animales), etc. También, incitar a la promiscuidad sexual —es decir, el tener varias parejas sexuales. Esto último, referido no solamente a practicar el sexo con varias parejas sexuales en tiempos diferentes, sino también al sexo grupal o intercambio de parejas, lo cual es también una completa aberración delante de Dios.

Propósito de la liberación sexual

Por supuesto que esta “liberación sexual” no tiene nada de liberación. Sino que es simple y llanamente la esclavización del ser humano por parte de Satanás a los pecados sexuales. De tal manera que el ser humano se aleje lo más que sea posible de Dios y de su salvación eterna.

El propósito de la hiper-sexualización es también hacer que la mente y el corazón de las personas estén inundados con pensamientos impuros.  Esto, con el objetivo específico de impedir que la Palabra de Dios tenga efecto en ellos. Y ésta es un arma efectiva no solamente para mantener apartados de la salvación a los incrédulos, sino también para tratar de impedir el crecimiento espiritual de los creyentes. Pues un creyente que se rinde a sus pensamientos y deseos impuros pierda poco a poco el interés en la Palabra de Dios y en la oración. El sentimiento de culpa por el pecado es un arma poderosa del enemigo para quitarle al creyente su paz y el gozo de su salvación. No cabe duda alguna que cuando uno peca por supuesto que debe realmente sentirse culpable, y pedir perdón a Dios. Y Dios con toda seguridad perdona al pecador siempre que haya arrepentimiento verdadero.

Pero cuando existe un cierto vicio por el pecado, o una conducta pecaminosa que se vuelve hábito —como con la pornografía y la masturbación— la culpa no desaparece fácilmente, sino que tiende a quedarse permanentemente grabada en la conciencia del creyente. Y ése es el efecto que Satanás busca. Porque cuando ésto sucede, el creyente queda espiritualmente neutralizado. Pierde la paz, el gozo y toda capacidad de ser una amenaza espiritual para los planes del diablo. Y todo anhelo por la Palabra y la oración se debilita, camino a desaparecer. La lujuria y el vicio del sexo ponen en la mente y el corazón del creyente una barrera en contra de la Palabra y la obra del Espíritu Santo.

"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención." Efesios 4:30

Todo esto es claramente una estrategia de Satanás para mantener al ser humano lejos de Dios y de su salvación.

Pero si se trata de corromper el alma de las personas, la hiper-sexualización y los pecados de inmoralidad sexual no son una táctica nueva de Satanás. Por el contrario, es más bien una muy antigua la cual él ya ha usado en el pasado. Las ciudades de Sodoma y Gomorra fueron destruidas por Dios a causa de su flagrante inmoralidad sexual. No cabe duda alguna de esto cuando leemos Génesis 19, Ezequiel 16:49–50, Judas 1:7 y 2 Pedro 2:6–8.

"como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno." Judas 1:7

"6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)," 2 Pedro 2:6–8

Daño causado a la familia

La liberación sexual ha causado grandes daños a la familia al promover la hiper-sexualización de jóvenes y niños desde muy temprana edad, induciendo el vicio de la pornografía no solamente en niños y jóvenes, sino también en adultos. Esto ha ocasionado serios desajustes emocionales no solamente en los hijos, sino también en los esposos. Por otra parte, la liberación sexual es también responsable en gran parte de la tergiversación de un noviazgo sano en los jóvenes, quienes han sido enseñados a confundir el sexo con el amor. Que la satisfacción sexual personal es de algún modo el objetivo más importante de una relación de pareja, lo cual es completamente falso.

La cultura de la liberación sexual enseña a niños y jóvenes a ver la desnudez pública como algo normal e incluso algo digno de elogiar, cuando en realidad es todo lo contrario. Mostrar las partes íntimas o incluso aquellas partes del cuerpo cercanas a las partes íntimas —por ejemplo el escote, el estómago, la espalda completa o los muslos cerca a la entrepierna— es también pornografía en diferentes grados. Porque el propósito es llamar la atención y estimular sexualmente. Decir esto no debería ser visto como anticuado o exagerado, pero hoy en día lo es. Y esto incidentalmente prueba nuestro punto, respecto al papel de-sensibilizador en cuanto a la conducta sexual, que la liberación sexual ha jugado en la sociedad.

La liberación sexual incita a los niños a iniciarse con el sexo a muy temprana edad generalmente a través de la pornografía, e incita a los jóvenes a las relaciones sexuales pre-maritales. Las cuales muchas veces culminan en embarazos no deseados y en abortos. Y el aborto es pecado de homicidio, porque es quitarle la vida a un ser humano. Estas experiencias sexuales prematuras causan sin lugar a dudas niveles de trauma y estigma en niños, adolescentes y jóvenes. Se puede argüir que causan particularmente un efecto más profundo en la mujer, porque es por naturaleza emocionalmente más vulnerable que el varón. Pues las mujeres sufren más el estigma de haber tenido un aborto, de haber tenido muchas parejas sexuales, o de ser madres solteras.

La influencia de la liberación sexual afecta también la vida sexual de la pareja de esposos. Porque incita a la concupiscencia en las relaciones sexuales matrimoniales.

¿Puede haber concupiscencia pecaminosa en las relaciones entre esposos?

Intuitivamente pareciera que la respuesta es no, pero es todo lo contrario. Lo cierto es que sí puede haber concupiscencia pecaminosa en las relaciones sexuales entre esposos.

"3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;" 1 Tesalonicenses 4:3–5

Según el apóstol Pablo, las relaciones sexuales entre dos esposos —particularmente si son creyentes— deben ser en santidad y honor, no en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios. Cuando un esposo o esposa siente un deseo sexual sano y apropiado por su cónyuge, no es concupiscencia pecaminosa, sino un deseo sano y completamente normal. Incluso hay instrucciones claras en la Biblia en sentido de que los esposos no deben descuidar su relación en el plano sexual.

"3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia." 1 Corintios 7:3–5

Entonces, en el pasaje anterior de 1 Tesalonicenses 4:3–5 Pablo hace referencia a las veces en que un esposo o esposa siente por su cónyuge un deseo sexual que no es sano ni honorable. Lo cual a veces puede llegar a ser pecado de fornicación ¿Cómo así? Veamos algunos ejemplos.

Con toda seguridad existen otros ejemplos más, pero éstos nos dan una idea clara de que la concupiscencia pecaminosa y la inmoralidad sexual —el pecado de fornicación—es posible aún dentro del matrimonio.

¿Existe este tipo de concupiscencia pecaminosa en los matrimonios Cristianos?

Sí, sin lugar a dudas. Naturalmente, los creyentes tampoco escapan fácilmente de los efectos de la liberación sexual y de la hiper-sexualización en la sociedad moderna. Esto potencialmente incita en los creyentes una vida entregada a la lascivia, a la lujuria y los pensamientos impuros. Incita a una vida de constante pecado de adulterio en el corazón.

"27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." Mateo 5:27–28

Pero repetimos nuevamente: sí es posible vivir una vida de santidad y apartada del pecado. Como Cristianos todavía pecaremos esporádicamente, pues mientras vivamos en este mundo y dentro de estos cuerpos débiles, estaremos a merced de nuestra naturaleza carnal pecaminosa. Eso no lo podemos evitar. Sin embargo, lo que sí podemos evitar es hacer del pecado un hábito, un vicio permanente. Si pecamos esporádicamente —y ciertamente lo haremos mientras estemos en este cuerpo— Dios es fiel a sus promesas y nos perdona.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." 1 Juan 1:9

Pero si vivimos constantemente en el vicio del pecado, esto tiene el potencial de apartarnos de Dios. Y si fuera el caso que nos es muy difícil apartarnos de estos vicios, tal vez haya que considerar la posibilidad de que en realidad nunca hemos renunciado al pecado, no nos hemos arrepentido verdaderamente de ellos, no pusimos nuestra fe en Cristo y no fuimos regenerados por la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Si eso fuera así, cualquier tiempo es bueno para hacerlo, pero ahora sí de forma auténtica y genuina.

"Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación." 2 Corintios 6:2

Medios para la propagación de la inmoralidad sexual

Hay diversos medios que la liberación sexual ha usado para propagar el pecado de la inmoralidad sexual. Por ejemplo:

"18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios." 1 Corintios 6:18-20

Según este pasaje la fornicación es un pecado en contra del cuerpo. Nuestros cuerpos son templo y morada del Espíritu Santo. Nuestros cuerpos no nos pertenecen, le pertenece a Dios quien los compró para Sí, ofreciendo la sangre de su Hijo como precio de valor incalculable. La fornicación profana y contamina el templo de Dios en nosotros. Para entender cómo es que ésto ocurre consideremos el siguiente ejemplo, el cual puede parecer un poco inapropiado, pero realmente no lo es porque ejemplifica bastante bien el punto que queremos mostrar:

Supongamos que una persona que odia profundamente a la iglesia —por ejemplo cualquier iglesia Cristiana local— y quiere causarle una grave humillación, se atreviera por ejemplo a arrojar aguas servidas en todo el altar del templo. Seguramente que esto sería muy humillante para todos los miembros de esa iglesia. Con toda seguridad pegarían el grito al cielo demandando justicia no solamente de Dios, sino también de las autoridades civiles. Y con justa razón, porque un acto así no solo es totalmente reprochable desde todo punto de vista, sino que también es un delito.

¿Cuán ofendido estaría Dios?

¿Cuán ofendido estaría Dios por el evento descrito anteriormente? Probablemente mucho, pero no más que por otros pecados que los seres humanos cometemos.

Este tipo de profanación no es realmente una profanación de la morada de Dios, pues su morada no está en ese templo. Porque Dios no habita en templos hechos por la mano del hombre (Hch. 17:24). Dios habita en el corazón de sus hijos. En cambio, cuando un creyente comete pecado de fornicación, hace incluso algo que es peor y más grave.

Cuando Pablo dice que el que fornica, peca contra el templo del Espíritu Santo, significa que lo que está haciendo ese creyente al fornicar, es echar inmundicia en el verdadero templo de Dios. Y éste es precisamente uno de los propósitos de Satanás con los pecados de inmoralidad sexual: mancillar y profanar el cuerpo del creyente que es templo del Espíritu Santo, y así insultar y ofender a Dios. Y si nosotros nos prestamos a ello, también estamos insultando y ofendiendo a Dios, que mora en nosotros. Y cuando Pablo menciona la fornicación, está usando esta palabra para englobar todos los pecados de inmoralidad sexual: el sexo fuera del matrimonio, el adulterio, la pornografía, la masturbación, la homosexualidad, el bestialismo (sexo con animales), etc.

¿La masturbación es pecado? La respuesta es sí. Porque es generalmente la respuesta de la persona al estímulo de la pornografía o de cualquier otra concupiscencia pecaminosa de su propia mente. La masturbación por lo general va siempre en estrecha relación con el pecado de la pornografía y la desnudez pública. Pero la discusión de este tema la dejaremos para otra ocasión.

Por otra parte, de todos los pecados de inmoralidad, la pornografía es aparentemente uno de los más habituales en la iglesia Cristiana. Estadísticas disponibles afirman que el 54% de los Cristianos —incluso más, dependiendo de la fuente particular de información— mira pornografía al menos una vez por mes [1].

"9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios." 1 Corintios 6:9-11

Nuevamente, el propósito de Satanás para la hiper-sexualización del ser humano es mantenerlo sumido en pecados de inmoralidad sexual para que sea irremediablemente condenado al castigo eterno. No obstante, siempre que haya verdadero arrepentimiento en una persona, por supuesto que es posible su justificación y santificación en el nombre del Señor Jesús y por el poder del Espíritu de Dios. No importa qué pecado haya cometido.

Otro pasaje que enfatiza el hecho de que los que practican el pecado como hábito no pueden heredar el reino de Dios:

"19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." Gálatas 5:19-21

Y nuevamente la exhortación del apóstol Pablo a no vivir como los incrédulos que no temen a Dios, sino como Cristo:

"17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo," Efesios 4:17-20

La comunión con Dios no es posible si nuestro cuerpo y mente están rendidos a la impureza sexual. Por ese motivo Satanás quiere a los creyentes sumidos en la impureza sexual. Para que los creyentes no crezcan espiritualmente y carezcan de fortaleza espiritual. Para destruir a la familia y también para debilitar espiritualmente a la iglesia, a fin de que ésta sea incapaz de asumir sus retos, que por cierto son muchos. Particularmente la predicación eficaz del evangelio.

Y es por todos estos motivos que afirmamos nuevamente, que la influencia de la cultura secular, y particularmente de la liberación sexual causan un grave daño en la familia Cristiana. Y es una influencia que por todos los medios, como hijos de Dios debemos tratar de evitar.

[1] FactChecker: Do Christian Men Watch More Pornography?, https://www.thegospelcoalition.org/article/factchecker-do-christian-men-watch-more-pornography/

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Este material está en constante revisión y complementación.

Versión 0.1 (12-04-24)